Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.

Nos besamos

Nos besamos, ¿recuerdas?, una tarde
en el espejo azul de la bahía.
La gaviota del beso aún vibra y arde;
¡No a plegado; las alas todavía!.

Nos besamos, ¿recuerdas?, y el poniente
sangró la primavera de sus ramos…
luego del poniente se agolpó en tu frente.
Cuando otra vez, y muchas, nos besamos.

Y yo te digo la palabra viva
en la fuga ideal de tu mirada…
(aún tengo el alma de tu amor cautiva,
o tú ya no estas enamorada…)

Ahora, lejos de ti, te besaría
en melena luminosa y bruma,
mientras rueda el azul de la bahía
la cándida gaviota de luna.

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