Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.

Concluyó el Señor la obra magnífica de la creación

Concluyó el Señor la obra magnífica de la creación.

Emocionado al contemplar la majestad del Universo Adán le dijo al Creador:

-Señor: Tu obra es maravillosa. Debes poner tu firma en ella, del mismo modo que los artistas firman las obras salidas de sus manos. Escribe tu nombre en el cielo, de modo que los hombres de todos los tiempos sepan que el Universo es obra tuya.

-Lo haré -dijo el Señor-. Pero: ¿en qué idioma lo pondré? Si lo escribo en latín acabarán por no entenderlo ni los clérigos. Si lo pongo en inglés dirán que estoy entregado al imperialismo yanqui...

-Pon tu firma - le sugirió Adán-, en letras que todos los hombres puedan leer, independientemente del idioma que hablen.

Así lo hizo Dios, y puso las estrellas en el cielo.

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