Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.

Cuando duerme...

Cuando duerme, entro sigiloso para no despertarla, no hago ruido, la observo y tiene el ceño fruncido, parece enojada o triste, muy triste.

Le hablo en voz baja, susurro palabras de amor que nacen en mi alma, algunas veces sonríe, otras suspira, la mayoría de esas veces conserva su gesto de tristeza. Entonces acaricio su cabello y beso su frente, parece sonreír, me presiente o al menos eso imagino.

Comparto con ella mi día, las cosas que me pasaron, mis logros, quiero contagiarla de mi optimismo, quiero verla sonreír aunque este dormida.

A mitad de la noche la tomo entre mis brazos, con mucho cuidado para que no despierte, reposa su cabeza en mi pecho y me llena de emoción, no dejo de acariciarla, de susurrarle al oído cuanto la amo, en ocasiones hace una mueca como si dudara, pero invariablemente sonríe, me siente y sabe que es cierto.

Sin faltar un día siempre va conmigo, todo el tiempo, pero muy especialmente cuando llueve, y estos días han sido lluviosos, así que la llevo conmigo en la piel y en el alma, en todo mi ser. Se lo digo suavemente, pasa un momento y entonces me abraza y yo a ella.

Mantengo la esperanza de que al otro día al despertar, vuelva a ser feliz, por eso la lleno de mimos siempre... cuando duerme

:D

No hay comentarios.: