Aún me falta tanto por saber de ti,
aún lo ignoro todo,
que el beso es otra forma de interrogarte.
Por eso, a medida que el deseo
se vuelve sueño,
soplo sobre tu rostro
para que los ojos, al abrirse,
reconozcan en esta frescura insospechada
su más íntima confianza.
Aún me falta tanto por saber de ti,
aún lo ignoro todo,
pero esta luz que te dibuja,
caminando desnuda por el cuarto,
y te fija en su dorado ocre,
es ya suficiente, y me basta.
Yo no te olvido, habitas en un lugar donde nadie puede tocarte, donde nadie sabe que existes, donde nadie puede herirte, ni yo con mi olvido, ni tú con tu ausencia.
Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.
TRES AÑOS DESPUÉS
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario