Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.

Entonces

Entonces pedí que nadie me molestara, no quería visitas ni palabras de aliento, solamente quería estar solo, reponerme a mi modo.
Es que solamente yo podía salvarme, solo yo podia curarme.
Y así pasé unos cuantos días, entre almohadas y libros viejos, entre lágrimas y risas, pero siempre determinado a encontrar una salida.
Entonces renové mi fe y le di un abrazo a mi pasado, conquisté con un beso a la vida y me fui caminando despacio.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario