Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.

Unidos

Estaban fuertemente unidos por una fuerza invisible que no podían explicarse.
- Si tú me dieras lo que a ti te sobra y yo te diera lo que te hace falta, dijo ella.
- Te pertenezco., dijo él
- Y yo a ti, contestó abrazándolo.

Así transcurría la noche, sin prisa, en silencio...

No hay comentarios.:

Publicar un comentario