Yo no te olvido, habitas en un lugar donde nadie puede tocarte, donde nadie sabe que existes, donde nadie puede herirte, ni yo con mi olvido, ni tú con tu ausencia.
Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.
Mar y roca
¡Qué dicha! -me digo cuando pienso en el mar y la roca. Ya quisiera poder juntar mis labios, como la ola, en tan anhelada boca.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario