Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.

No comprendiste

De nuestras creencias religiosas-
el necio Julián dijo: “Leí, comprendí,
condené”. Como si nos hubiera anonadado
con su “condené”, el muy ridículo.
Tales ocurrencias sin embargo no van con nosotros
los Cristianos. “Leíste, pero no comprendiste; pues si hubieras
comprendido,
no habrías condenado” respondimos de inmediato.

No hay comentarios.: