Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.

La pantera escondida donde nacen los hombros

Ella tiene la cabellera más lejana que un placer que acaba de pasar y en la sonrisa mil promesas que no impiden la lluvia. Sus colores son una paleta de temblores, ya cicatriz de ondas, ya claro de cuchillo. Ningún cartero llama a su puerta porque no se le conoce morada. Tampoco se le conoce fin, porque es libre como un árbol.

Y como un árbol, sube.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario