-Oiga profe... ¡lo extraño!
-Y yo a usted también la extraño, anhelo tanto verle. ¡Usted me hace falta! ¡Todo mi ser espera por usted.
-Pongámonos de acuerdo. ¡Qué noche puede usted pasar por mis sueños para poder abrazarlo?
-Le parece si paso esta misma noche por sus sueños, y nos envolvemos en un abrazo?
-Me parece bien, me avisa cuando este llegando para preparar mis brazos con todo el amor que he guardado para usted, y de una vez le invito una taza de café.
-Es usted no solo es mágica, ¡también es maravillosa!
-Gracias, sabe bien que es gracias a usted. Ahora voy a preparar todo para esperarlo. Sea puntual por favor.
-Seré puntual cuente con ello. Aunque para ser sincero, si por mi fuera ahora mismo iría a alcanzarla.
-Entonces no lo piense más que ya lo espero.
-¿Puede abrir sus brazos para mi? Yo le abriría mi corazón, pero el muy traidor se fugó al lado suyo en cuanto la vio por vez primera.
-Mis brazos han estado abiertos desde la última vez que se fue de ellos, esperando el día de encontrarnos nuevamente, en cuanto al corazón debo decirle que está bien cuidado y acompañado por el mío.
-Debo confesar que nunca me he ido de usted, pues la llevo siempre conmigo; en mi mente, en mi piel y en todo mi ser.
-Ahora entiendo por qué siempre lo siento a mi lado y cuidada por usted.
-Venga ahora a mis brazos que no soporto más verle sin poder abrazarla.
-Sabe una cosa... ¡Le Amo!
-¡Y yo a usted Le amo!
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