No soy el amor de su vida, soy el complemento de sus días, el compañero de sus amaneceres y su amigo en nostálgicos atardeceres. No soy su dueño, soy con quien camina en la misma dirección y siempre a la par.
Soy con quien viaja hacia el horizonte del mañana, es decir, soy ese ser que ella ha elegido para expresar la hermosa manera de lo que es amar.
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