Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.

Poema de Temilotzin

He venido, oh amigos nuestros:
con collares ciño,
con plumajes de tzinitzcan doy cimiento,
con plumas de guacamaya rodeo,
pinto con colores del oro,
con trepidantes plumas de quetzal enlazo
al conjunto de los amigos.

Con cantos circundo a la comunidad. 
La haré entrar al palacio,
allí todos nosotros estaremos, 
hasta que nos hayamos ido a la región de los 
muertos.

Así nos habremos dado en préstamo los unos a los otros.
Ya he venido,
me pongo de pie,
forjaré cantos,
haré que los cantos broten,
para vosotros, amigos nuestros.

Soy enviado de Dios,
soy poseedor de las flores,
yo soy Temilotzin,
he venido a hacer amigos aquí.

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