Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.

Quédate ahí

Quédate donde no tengas que insistir; donde ser imperfecta no sea un problema; donde hay más ganas de abrazar que de coger; donde no se asusten con tu locura; donde respeten tu libertad y donde se enamoren de ti cada día un poquito más.

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