Véndeme tantito de tu futuro, te lo pago a besos en la frente, caminatas, salidas al parque, columpios, resbaladillas y noches bajo las estrellas escuchando canciones que tejan costura a costura nuestra historia.
Es más, si quieres sólo préstame ese tantito, te lo devuelvo en un par de meses si es que lo ocupas, mientras prometo sembrarlo, regarlo, dejar que florezca y entercarme en cuidarlo.
Extrañarte más y más, abrazos al despertar, cartas para tu cajón y las ganas exactas para jugar a querernos, a hacernos falta y pretender que la vida trata de ese momento en donde nos encontramos sin buscarnos.
Hoy todos los poemas se reducen a ti, por eso quiero amarrarle la felicidad a tu corazón, dedicarte las lunas llenas de febrero, mayo y octubre, confesarte que iba en picada y esa sonrisa me fue el paracaídas perfecto.
Te entrego mis latidos, los acordes de mi risa, los vacíos de la rutina para que los llenes, acepto tus insomnios y los miedos, acepto las noches que no estés junto a mí, acepto perder la tristeza de mi soledad y lo que venga si me concedes el vaivén de tus olas, el océano de tus manos y la playita que llevas en los ojos.
Hermoso!
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