Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.

En tu espalda al despertar

En tu espalda al despertar 
Las miradas y la luz te tocan 
y yo desde la sombra 
del tiempo y la distancia 
adivino y sueño. 
Las miradas y la luz 
van paso a paso 
anunciando mis besos 
en tu cuello arriba abajo. 
Las miradas iluminan 
y la luz corre y vislumbra 
en tu nuca tentadora 
la humedad tenue 
de mi aliento. 
Las miradas y la luz 
no saben irse 
y yo tampoco 
porque te miro 
aun con los ojos 
bien cerrados.

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