Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.

Algo tan complicado

Ella ya no busca algo tan complicado, lo único que quiere es un cabrón que no sea un tarado, que la cuide cuando enferme, que la valore en sus peores días, que la respete veinticuatro siete y que le hable bonito nomas a ella. 

Porque luego los pendejos príncipes azules son así con todas, y de eso, de eso ya ella está cansada, ya no se muere por el romance perfecto, ya no desea el cuento de hadas que no tiene fallas, ya no quiere ser una chingada cenicienta. 

Ella quiere alguien para no hacer nada, para sentirse ella, para comer Doritos y helado de chocolate en la cama, para ir a los taquitos aunque sea de madrugada, para que le hagan piojito y le manden poemas cada mañana, para que en la tarde la inviten a andar en bicicleta y la miren bonito porque con eso se pone roja. 

Créeme, a ella ya ni siquiera le importa si el vato tiene panza, si su sonrisa está medio chueca, si la puede llevar a sitios caros o restaurantes elegantes, si le regala ramos de flores gigantes o si sólo van a sentarse a un parque a ver las estrellas. 

Ella ya no busca algo tan complicado, se cansó de los imbéciles, de esos romances superficiales y de que sólo quieran llevarla a la cama, ella sólo quiere algo real, algo en serio, un amor valiente de esos que no se rinden y que no se marchitan. 

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