Que cuando ella no esté conmigo
no soy más que un extranjero,
porque mi nacionalidad no es un lugar es donde está su cuerpo.
Es porque ella coge con suavidad mis problemas
-como un cachorro entre las manos-
y me explica con ternura
que el mundo está ahi afuera esperándome.
Es porque no me ha entregado un amor de carreteras secundarias,
que no hace falta dar un rodeo para llegar hasta sus centros.
Es porque me ha enseñado que no es buena idea
subir las escaleras del edén por el último peldaño.
Que a su lado he aprendido a hacerlo lento,
no comerme corazones poco hechos.
Es porque ha conseguido que descansen mis cuadernos,
que mire con extrañeza bacia las habitaciones frías.
Es porque quemarse es otra cosa si se trata de su fuego.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario