Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.

Receta

Tómese un poeta no cansado, 
una nube de sueños y una flor, 
tres gotas de tristeza, un tono dorado, 
una vena sangrando de pavor. 

Cuando la masa ya hierve y se retuerce
se echa la luz de un cuerpo de mujer, 
una pizca de muerte que refuerce, 
que un amor de poeta así lo quiere.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario