Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.

Juego del pañuelo

Yo llevo en la chaqueta
Pañuelo de fina seda,
Doblado con cierta gracia.
No sé quién tanto le enseña
Que cuanto hace está bien hecho.
Trabaja en las despedidas,
Cuando allá la voz no llega
Por distancias desmedidas.
Después en el bolsillo acoge
Las saudades permitidas.
También el sudor salado,
A veces, enjugo a miedo,
Aunque así es mal empleado.
Y cuando me herí en un dedo,
Con él lo traje atado.
No acabaría nunca si
Las gracias todas dijese
De mi pañuelo y de mí.
Pero una cosa acontece
Que yo no sé porque si:
Cuando mis ojos mojados
Piden auxilio al pañuelo,
Son peticiones en vano.
Por eso pienso que sólo,
Cuando mis ojos se mojan,
En tu pañuelo se enjugan.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario