Yo fui. Pero lo que fui no me recuerda:
Mil capas de polvo ocultan, velos,
Estos cuarenta rostros desiguales,
Marcados por el tiempo y los macareos.
Yo soy. Pero lo que soy es tan poco:
Rana huida del charco, que saltó,
Y en el salto que dio, cuanto podía,
El aire de otro mundo la reventó.
Falta ver, si es que falta, qué seré:
Un rostro recompuesto antes del fin,
Un canto de batracio, aunque ronco,
Una vida que corra así-así.
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