No sé qué somos tú y yo, pero hay
algo que nos mantiene siempre
al borde de la locura; de día
sonriendo como dos tontos
por todo y por nada, y de noche
ardiendo tanto como el infierno.
Y no es una confesión, pero me
encantas, y no es una advertencia,
pero contigo tengo ganas de todo.
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