Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.

TE DIGO ADIÓS

Te digo adiós, pero no con tristeza, sino con gratitud por los momentos compartidos. Cada instante a tu lado fue una lección de vida, una oportunidad para crecer y aprender.

Te digo adiós, pero no con resentimiento, sino con la certeza de que todo tiene un propósito en esta existencia. Aunque nuestro camino juntos haya llegado a su fin, siempre recordaré los buenos momentos y lo que me enseñaste.

Te digo adiós, pero no con desesperación, sino con la esperanza de que el futuro traerá nuevas aventuras y nuevas personas para compartir mi vida. No importa cuán doloroso pueda ser este momento, sé que hay algo mejor esperando al final del camino.

Te digo adiós, pero no con amargura, sino con alegría por haber tenido la oportunidad de conocerte. Tu presencia en mi vida me ha dejado una huella imborrable y siempre serás parte de mí.

Así que te digo adiós, pero no para siempre. Quién sabe, quizás algún día nuestros caminos se crucen de nuevo y podamos continuar donde lo dejamos. Pero por ahora, te deseo lo mejor en tu camino y que siempre encuentres felicidad y amor en tu vida.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario