Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.

LA SOLEDAD

La soledad de vez en cuando resulta ser una compañía agradable. Nuestros pensamientos más íntimos se hacen eco en el silencio, y la serenidad nos envuelve como un cálido abrazo.

El mundo parece detenerse durante esos tiempos, y todo lo que queda somos nosotros y nuestras esperanzas, miedos y deseos. Sin interrupciones del mundo exterior, la soledad nos permite escucharnos a nosotros mismos.

En ese momento, la alquimia del alma se pone en marcha, convirtiendo nuestro dolor en sabiduría y nuestro dolor en poder para seguir adelante. Estar solos nos permite recuperarnos de las heridas emocionales y descubrir nuestra verdadera vocación.

Cuando lo hace, en lugar de tenerle miedo, debemos darle la bienvenida porque es cuando más podemos desarrollarnos como personas. Estaremos preparados para enfrentar el mundo con energía fresca y juicio sabio una vez que la soledad disminuya.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario