Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.

LOS TRABAJADORES DE LA BASURA

Cerca de mediodía. todos los días pasa el camión que recoge la basura con unos trabajadores muy particulares,que en vez de pasar con la clásica campanilla también traen música.

Lo impresionante de ellos es que son eclécticos a la hora de seleccionar la música que nos comparten, pueden venir con una sabrosa salsa hasta la poderosa Cabalgata de las Valquirias de Wagner.

Siempre de buen humor sonrientes, en ocasiones están tan entusiasmados con la música que traen, que bailan mientras recogen la basura.

Son amables y siempre con buena disposición, también muy respetuosos los vecinos los aprecian porque se han ganado ese aprecio.

Pero lo que más me sorprende es que siempre sonríen, hoy la gente no sonríe parecen estar unos contra otros, se ofenden con casi cualquier cosa muy fácilmente, de cristal les llaman, pero ellos no son así, ellos bailan, ellos ríen ellos saludan, ellos están contentos y no importa que tengan un salario bajo, no les importa que no estén en la cúspide de la de los niveles socioeconómicos,disfrutan su trabajo y nos hacen disfrutar su breve estancia cada vez que llegan.

En ocasiones, distraigo mis labores por 5 minutos para escucharlos y verlos desde la ventana, me relajan me ponen de buenas sin importar qué tan complicado esté mi día o qué tan pesado o qué tanto estrés tenga, después de oírlos y después de verlos realmente me siento mejor.

Una muy buena amiga y colega que en ocasiones me acompaña cuando los escuchó por vez primera me dijo algo que me dejó pensando

"Ellos viven, son felices".

Y esas palabras se repiten en mi mente cada vez que ellos llegan. Siempre reflexiono sobre esas palabras; hay que vivir.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario