Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.

EL PUTO MIEDO

Si  no  te  atreves  a  compartir  tu  tiempo  con  la  persona  que  te  paró  el  reloj  desde  la  primera  vez  que  la escuchaste reír, eres gilipollas. Si no eres capaz de bailar con quien te ha enseñado lo que es la música, eres un cobarde. Y el cementerio está lleno de cobardes. Y a los muertos de miedo nadie les lleva flores. 

Lo único que conseguirás teniendo miedo es lamentarte mañana de lo que no has sabido valorar hoy. No quieras llegar a viejo y cargar con el peso del «Qué hubiera pasado sí...», que tirarse de cabeza y corazón es una locura, sí, pero no hacerlo por si el golpe es fuerte es una estupidez. Apúntatelo. 

No tengas miedo. El miedo al amor es el mayor miedo que conozco. Cuando encuentres a la persona que te haga ver el querer como valentía y no como temor, será cuando sonrías como nunca lo has hecho. Y te darás cuenta de ese campo de nubes que brilla en tus ojos. No me entiendas  mal, no digo que tu felicidad tenga que depender de una persona, tan sólo digo que la sonrisa es como una línea curva, que empieza en tu boca y será mucho más larga si acaba en la de alguien. Dicen que compartir es vivir. Y no hay nada mejor que compartir recuerdos con quien te ha enseñado todo lo que hay más allá del miedo a la derrota que supone el olvido. 

Estoy  cansado  de  escuchar  que  lo  dejaste  ir  porque  empezó  a  gustarte  demasiado.  A  veces  somos  tan tontos  que  cavamos  nuestra  propia  tumba  y  presumimos  de  ello.  Mira,  si  ya  de  por  sí  es  difícil  dar  con  la persona  que  es  capaz  de  llenarte,  no  te  quiero  contar  cómo  será  cuando  te  ahogues  en  tu  propio  miedo  a respirar sola. 

No vas a tener nada que perder. Nunca. El amor te hará cosquillas y el desamor te hará más fuerte. Esto es así. La vida son lecciones y, aunque haya veces que no nos guste ir a clase, días grises, ya tú sabes, siempre puede haber una compañera que le dé sentido a la mañana, que haga salir sol cada vez que ríe. Dar el primer paso  cuesta,  pero  nunca,  con  ninguna  otra  cosa,  sentirás  que  vuelas  tan  alto  como  se  consigue  queriendo. 

Créeme, el cielo es mucho más demócrata si se comparten alas. 

Con  esto  no  quiero  decirte  que  no  sientas  miedo,  porque  todos  lo  sentimos.  Lo  que  pretendo  es  que  te atrevas, que seas valiente, porque quedamos muy pocos, los que somos capaces de arrasar a la razón cuando el corazón compite. 

¿Me entiendes? 

1 comentario:

Anónimo dijo...

Poquísimos... 😔