Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.

¿A DÓNDE IREMOS?

¿A dónde iremos
donde la muerte no exista?
Más, ¿por ésto viviré llorando?
Que tu corazón se enderece:
aquí nadie vivirá para siempre.

Aún los príncipes a morir vinieron,
los bultos funerarios se queman.
Que tu corazón se enderece:
aquí nadie vivirá para siempre.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario