Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.

21 DE MARZO

Nos conocimos un 21 de marzo de 2012, un día que en mi memoria quedó grabado como el comienzo de algo hermoso y especial. Recuerdo cada detalle de ese encuentro, la forma en que tu mirada se encontró con la mía y cómo el tiempo pareció detenerse por un instante.

El amor surgió después, como un brote tierno que crece lentamente, pero con firmeza. Cada risa compartida, cada abrazo cálido, cada palabra de aliento, fue tejiendo un lazo indestructible entre nosotros. Aunque la distancia y el tiempo intentaron separarnos, el amor se convirtió en nuestro escudo, en la fuerza que nos mantuvo unidos.

A pesar de los kilómetros que nos separaron, y de los días que se convierten en semanas y meses, nuestro amor ha demostrado ser más fuerte que cualquier obstáculo. Cada momento juntos se vuelve invaluable, cada reencuentro una celebración de la fortaleza de nuestro vínculo.

Hoy recordamos con cariño el día en que nuestros caminos se cruzaron, y celebramos con gratitud el amor que nos ha mantenido unidos a pesar de la distancia y el tiempo. Porque, al final, lo que realmente importa es el amor que compartimos, un amor que trasciende fronteras y desafía al tiempo.