Hay días
en los que levantarte de la cama
suele terminar siendo
más que un acto rutinario
un gesto ёpico.
Y no me refiero ahora a las resacas
ni a que caigan
chuzos de punta ahí fuera
ni a que hayas roto con ella.
Me refiero
a cuando te quieren y hace sol
L no te duele nada,
a cuando tienes el mundo
rendido a tus pies,
y no te basta.
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