Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.

LOS BESOS MÁS LARGOS

Los besos más largos.
los que más duran
en el tiempo.
no son los que se dan,
sino los que queriendo dar,
no dimos.

Si, aquello con lo que
no nos atrevimos
siempre vuelve a cobrarse
su impuesto a la cobardia.

Nunca habría un amanecer
ni una puesta de sol
si la luz tuviera miedo
de la noche o viceversa.

Alguien dijo
que las cosas buenas
de la vida
se esconden detrás del miedo,
que solo se dejan ver
si se tiene el valor
de atravesar su puerta,
como la risa,
que siempre me pareció.
que quien la usa en exceso,
en ella esconde su tristeza
porque ella, la tristeza.
sabe que ahí nadie la buscará.

Supongo que hay que andar
con los ojos bien abiertos
para ver lo que la vida
esconde detrás de aquello
que está a la vista.

Tal vez la poesía
se vista con todo eso
que parece jugar al escondite,
y el poeta,
es como un niño
que nunca dice que no
cuando de jugar se trata.

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