Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.

TU NOMBRE

Nadie consigue pronunciar tu nombre.
Sólo yo conozco la inflexión perfecta.
Fáltales la ternura en que fluye
y la dulzura en las consonantes.
No saben distiguir el color
de la nota musical exacta.
Por eso yo respondo cada día
inventando un nombre:
azul, pájaro, brisa, luz.
Palabras comunes
que se pueden decir sencillamente
aun sin conocerte y sin amarte.

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