Te estoy brindando mi corazón de manera libre, lo sostengo en mis manos con una liviandad capaz de confiar en ti en cuanto el órgano toque tus manos y deje de ser mío. Me ha costado demasiado tenerlo de nuevo, y aunque no buscaba, ni quería encontrar a nadie para entregarle aquello; no he podido evitar pensar que eres la única excepción.
La única que podría cuidarlo sin lastimarlo, o la única que tiene permiso para prenderlo fuego, maga puedes hacer lo que quieras con el y yo estaré dichosa de hacerte feliz, de verlo latir en tus manos. Ya no quiero que sea solo mío.
Te lo brindo sin premisas, sin contratos o con la esperanza de que me des algo a cambio, no quiero nada más que una sonrisa en tu rostro y la tranquilidad de llegar a casa; y saber que mi corazón está latiendo en la piel de una humana, de alguien que se llama maga, pero no tiene magia—tiene amor con matices oscuros, con la perversidad del anima satánica que te caracteriza.
Maga eres perfecta, eres la única excepción y tienes todo mi amor.
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