Un beso, no solo un roce de labios, sino un encuentro de almas, un volcán de emociones que irrumpe en la piel. Un beso profundo, como un mar embravecido que se estrella contra la costa, dejando tras de sí un rastro de sal y pasión.
Es un torbellino que te atrapa, te envuelve, te lleva a un lugar donde solo existen dos seres, dos corazones latiendo al unísono. Un beso que te hace olvidar el mundo exterior, que te sumerge en un universo de sensaciones, de aromas, de sabores.
Es un susurro que te dice "te quiero", un grito que te confirma que no estás solo, que alguien te necesita, te desea, te ama. Un beso que te da alas, que te llena de fuerza, que te impulsa a seguir adelante.
Un beso intenso, un instante mágico que se graba en la memoria, que se convierte en un tesoro que guardas en tu corazón. Un beso que te recuerda que el amor existe, que es real, que puede cambiar tu vida.
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