Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.

UN MAL RECUERDO

Quedan ecos de tu voz en los rincones de mi memoria, como fantasmas de un amor que nunca fue. Tu nombre, antes un conjuro mágico, ahora es una cicatriz abierta, un dolor sordo que se instala en mi pecho.

Recuerdo la intensidad de tus ojos, un abismo donde me perdí sin mapa ni brújula. Tu sonrisa, un espejismo que me atrajo hacia un desierto de falsas promesas. Te amé con la fuerza de mil soles, te di mi corazón sin reservas, sin saber que lo convertirías en un puñado de ceniza.

Tu indiferencia, un cuchillo afilado que me atravesó el alma. Tus palabras, como esquirlas de vidrio que me desgarraron la piel. No solo no correspondiste a mi amor, sino que lo pisoteaste con una crueldad que aún me deja sin aliento.

Te recuerdo con un nudo en la garganta, con una mezcla de amargura y nostalgia que me carcome por dentro. Te recuerdo como un fantasma del pasado, una herida que no cicatriza, un amor que se convirtió en un dolor profundo e insaciable.

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