En el lienzo del alma, la palabra se teje,
un susurro del viento, que al corazón mueve.
La expresión es un río, libre, sin fin,
mas su corriente guarda un noble confín.
Cuidar no lastimar es su danza primera,
un respeto que abraza, que al mundo venera.
Cada sílaba pesa, cada tono es un don,
un puente de afecto, no un frío escalón.
Es respeto el silencio que escucha y comprende,
la pausa que al otro su espacio le extiende.
Es la voz que se alza, pero nunca golpea,
un canto que une, que nunca fustiga ni marea.
Hablar con cuidado es un arte sincero,
tejer con las frases un lazo verdadero.
No herir es ofrenda, es amor que se da,
la expresión más hermosa que el alma verá.
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