Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.

ABRAZOS ETERNOS

En el latir del instante, la expresión se hace abrazo,
un refugio de brazos, un cálido lazo.
Hay abrazos que cantan, que al alma se aferran,
como versos del tiempo que no quieren guerra.  

Son susurros del cuerpo, sin voz, sin final,
un idioma de piel, un hogar celestial.
Queremos que duren, que el reloj se detenga,
que el mundo se calle y el amor se contenga.  

Cada roce es un poema, cada apretón, un deseo,
de guardar en el pecho ese instante tan reo.
No hay herida que venza su muda promesa,
ni distancia que rompa su eterna sorpresa.  

Oh, abrazos que gritan lo que el verbo no alcanza,
en su abrazo se encuentra la vida que danza.
Queremos que nunca, jamás se terminen,
pues en ellos la expresión del amor se ilumine.

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