Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.

El ENCUENTRO DEL AMOR

No te buscaba en la brisa del alba,
ni en los senderos que el tiempo desgasta.
No me buscabas en la noche calma,
ni en las estrellas que el cielo engasta.  

Mas el amor, con su paso silente,
tejió en secreto un lazo invisible.
En un instante, sin ley ni corriente,
cruzó nuestras almas, sutil, imposible.  

No fue un anhelo, no fue un llamado,
sino un capricho del cosmos dorado.
No te buscaba, no me buscabas,
y aun así, el amor nos halló abrazados.

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