Tengamos un amor bonito,
de esos que florecen sin ruido,
como el alba que abraza al rocío,
suave, puro, eterno, infinito.
Que sea risa en los días grises,
un refugio cuando el alma precise,
manos entrelazadas, sin prisas,
tejiendo sueños que el viento no guise.
Tengamos un amor que no pesa,
que dance libre como la sorpresa,
un lienzo de instantes sinceros,
pintado con besos y anhelos ligeros.
Que no tema al tiempo ni al frío,
que crezca valiente en su desafío,
tengamos un amor, amor mío,
bonito, profundo, nuestro destino.
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