Yo no te olvido, habitas en un lugar donde nadie puede tocarte, donde nadie sabe que existes, donde nadie puede herirte, ni yo con mi olvido, ni tú con tu ausencia.
Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.
Acércate a mí,
Acércate a mí, rodéame con tu cuerpo; dame de beber de esa fuente de amor que es tu aliento. Acércate a mí, llévame contigo a tocar el cielo; elévame por los aires y volemos a un mundo nuevo.
Acércate a mí, dame de beber, que mi corazón de ti está sediento.
Acércate a mí, acércale la luz a este ciego, ciego de desamor, de soledad y de miedo.
Acércate a mí, acerca tu faz a mi desvelo, cúbreme con tus alas de luz y haz que deje de doler mi duelo.
Acércate a mí, ángel de amor y deseo; que hace tanto por ti espero, que mi ser, mi mente, todo mi cuerpo ansía que lo levantes del suelo.
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