Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.

La Princesa y la Conciencia

Hoy la Princesa vislumbraba que el bosque de la melancolía se había convertido en el laberinto de su vida, intuyó que no había una salida  porque era en el lugar donde ella quería estar. Aunque ya no la atemorizaba la oscuridad, ni el silencio, divagaba cada vez más.  Esta vez danzaba descalza por una senda estrecharse conversando con las estrellas que habían desaparecido hace un largo tiempo les decía: “Misteriosos son los vientos de la vida como sendas desconocidas cuyo final envuelven, confunden… Aumentando poco a poco mis penas, dudo de dónde aparecerán y a dónde irán. Inesperadas sendas surgen, viejas sendas sucumben, se derrumban de repente, también personas van y vienen, te dejan atrás, o están a un lado o se detienen espantando los sueños a un destierro devastador.” 
En medio de la oscuridad, su voz fue enmudecida por una luz penetrante que se dirigía hacia ella, todo en silencio, solo una brisa que escucha su corazón. La Princesa  presa del hechizo de ese ser magnífico, aguardó silencioso… Un Elfo de extraordinaria belleza se acercaba por la senda como flotando, observando el bosque encantado. Ahora estando frente a la princesa, Elfo fue el primero en hablar "No es mi hábito aparecer de un modo tan indiscreto, pero, de hecho, es menos común ver por estas tierras a seres tan excelsos como Usted. Si no soy demasiado imprudente ¿podría preguntar quién o qué es, y hacia dónde se dirige?
"Soy la Princesa Ángel - respondió ella muy amablemente – Y yo, soy un Elfos de la Luz que domina los secretos de la naturaleza y de las hierbas mágicas, conozco los astros y el futuro, viajo sobre los rayos del sol, puedo atravesar cualquiera de los elementos, soy  inmortal  y dotado de sabiduría. - Jamás imagine tuvieran tan singular belleza respondió la Princesa.
Así hablaron durante algún tiempo, inquiriéndose el uno al otro, mientras la noche cedía tempranamente a la madrugada. El Elfo advirtió la profunda tristeza y desolación de la princesa, como era un ser un mágico pudo adivinar lo que ella pensaba y se ofreció a ayudarla.  
Bajo la cabeza e hizo un silencio que preocupó a la Princesa. Evidentemente las noticias que tenía para darle no eran las que ella pretendía escuchar y estaba buscando la manera más amable de pronunciarlas.
Tu  alma camina entre tinieblas y no puede contener un pasado que siempre fue inevitable, solo añora la compañía de un ser amado en una gran tumba encerrado…
La desesperación por no tenerlo, llena tu ser de recuerdos y moribundas caricias que se extinguen con el olvido de tú memoria, grabándose eternamente en la piel.
En la oscuridad de las noches, buscando allí donde no quiere ir nadie porque no hay retorno, tus palabras se pierden en un suspiro eternizando los tiempos en los que con un pensamiento podías reflejar  un corazón enamorado….
Luchando contigo misma, defendiéndote del corazón que te oprime si no tienes el alimento de sus palabras y sus caricias…
Deseosa de hallar en esta no vida la felicidad inalcanzable como amarga condena por tu alejamiento, tu misma sentenciaste a no tener paz ni merecer el amor del Caballero.
La Princesa permanecía en silencio sintiendo múltiples tempestades de tristeza y dolor infinito en su alma, sabía que Elfo tenía razón.
Prosiguió Elfo diciendo: El recuerdo de su voz, mantiene viva tu esperanza de volver a estar con el Caballero, y aun siendo arrastrada por pensamientos queriendo traspasar lo irreal para mantener unidas sus almas, no te atreves indultarte y responder al llamado desesperado del caballero que: “Como un espíritu, en ese lugar el cerró los ojos, suspiró y desde lo más profundo de su ser pensó en ella: "Por favor acércate... para cuidarte." sabiendo simplemente que le amas tan fuertemente como permite la cordura...
Estás aquí, sentada. Por tu cabeza han pasado ya infinidad de pensamientos, pero jamás das con la clave de todo, y quizá ya no sabes ni siquiera de tu  existencia. Princesa, no existe conjuro ni pócima que acerquen forzadamente a dos corazones. Por otra parte ¿de qué te serviría?.
Hay un solo camino que te llevará al corazón de ese Caballero…

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