Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.

Celos

Mira, preciosa, aplácate.
Que tu largo collar,
cuyas cuentas repaso,
si toco a otra, me ahorque.
Que los cántaros de tus pechos,
colmados en mis manos,
si mis palabras suenan falsas,
me ahoguen.
Con tus brazos, amárrame,
en tus muslos, lacérame,
en tu pecho, sofócame.
Tortúrame día y noche
en el furioso potro de tu amor. 

No hay comentarios.: