Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.

Noche y luna


Esa noche inesperadamente la luna acudió hasta el y lo besó con el más profundo y tierno amor, como nunca había sido besado antes.

Se fueron diluyendo sus temores y cerrando sus heridas, sus males desaparecían.

Él no podía creerlo, era una noche de magia plena donde la luna lo hacía estremecer, no quería abrir sus ojos por temor a que todo fuera un sueño o producto de su imaginación, pero esta vez se sentía muy real, la luna lo amaba y se lo hacía sentir, en esa inolvidable noche que quedaría en su ser para siempre.

A veces la vida nos besa en la boca... y la luna también.

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