Yo no te olvido, habitas en un lugar donde nadie puede tocarte, donde nadie sabe que existes, donde nadie puede herirte, ni yo con mi olvido, ni tú con tu ausencia.
Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.
Lo que no decimos...
Lo que no decimos se nos acumula en el cuerpo, se convierte en insomnio, en nudos en la garganta, en nostalgia, en error, en duda, en tristeza. Lo que no decimos no se muere, lo que no decimos nos mata.
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