Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.

No te detengas ante mi tumba y llores...

No te detengas ante mi tumba y llores,
no estoy allí. No duermo.
Soy mil vientos soplando
Soy el centelleo diamantino en la nieve
Soy la luz solar sobre el grano maduro
Soy la tenue lluvia de otoño.
Cuando despiertas en la quietud matinal
soy la prisa rauda, ligera
de quietos pájaros volando en círculos en el cielo
Soy la tenue luz de las estrellas en la noche.
No te detengas ante mi tumba y llores
No estoy allí. No duermo.
No te detengas ante mi tumba y llores,
no estoy allí. ¡Estoy en todas partes!
vivo...

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