Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.

Y Aquí vamos

Y aquí vamos, dándonos golpes sin ruido. Matando los miedos con escritos, liberando los fantasmas que cargamos en la espalda. Y por más que quisimos ser verdad, nos mentíamos porque sabíamos de qué estábamos hechos. Nos fingíamos victorias parados en una montaña de carcasas y derrotas. Y el amor era morir o matar, o matarlo y morir.

No hay comentarios.: