Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.

La inercia del silencio (fragmento)

Dirás que nadie da lo que no tiene, pero he visto a un ateo rezar a Dios suplicando por una vida que se estaba llevando, y he visto enemigos abrazarse bajo la tormenta y el frío. 

Si observas, la oportunidad siempre viene prestada. Solo hay que amar con la poderosa y fugaz debilidad del que lo ha perdido todo hasta encontrarse.

1 comentario: