Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.

Bajo mis propias reglas

Vivo bajo mis propias reglas, me quiero, me basto, a veces con un tornillo menos, me reparo las veces que sean necesarias. 

Me pido perdón si dudo de mí, recuerdo de dónde vengo cuando pierdo el enfoque, pero jamás por ningún motivo dependeré de alguien más para sentirme feliz, mis sueños y mis metas son más importantes que cualquier placer momentáneo, mi paz espiritual y mental son las cosas inamovibles en mi existencia, así que no le permitiré a nadie por ninguna razón entrar a mi vida por razones que no sean para sumar. No cualquiera saber estar sin compañía, quienes no saben estarlo viven desconociendo lo lindo que es amarse lo suficiente a uno mismo.

1 comentario: