Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.

DÉCIMAS A DIOS (III)

Yo siempre vivo pensando
cómo serás si es que existes;
de qué esencia te revistes
cuando te vas entregando.

¿Debo a ti llegar callando
para encontrarte en lo oscuro?,
o ¿es el camino seguro
el de la fe luminosa?
¿Es la exaltación grandiosa,
o es el silencio maduro?

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