Jamás hubo un accidente tan bonito como cuando se cruzaron tu mirada y la mía.

DÉJALA IR

Suelta a
esa persona
de una vez
por todas

Déjala ir...
no porque no la ames,
sino porque mereces
que también te amen.

Te mereces a alguien
que se esfuerce más
en demostrarte que
verdaderamente te ama.

Déjala ir...
no porque no te guste
hablar con él o ella,
sino porque te mereces
a alguien que también se
interese por saber de ti.

Déjala ir...
no porque sea una mala
persona, sino porque
no es buena para ti
y porque fueron más
las veces que te entristeció
que las que te alegró.

Déjala ir...
aunque te duela,
porque sabes que
a la larga te dolerá
más seguir ahí.

Déjala ir...
aunque creas que
no habrá alguien mejor
porque créeme, lo habrá.

Muchas veces lo que no llegamos
a ver es que el tipo de amor que
recibimos está totalmente
relacionado con el que
nos damos...

Si esa persona no nos da
lo que deseamos, podemos
dejarla ir, pero si no trabajamos
en nosotros, probablemente
quien llegue luego se parezca
a lo anterior.

Así que soltemos... soltemos lo
que no nos llena, lo que no nos
suma, pero más allá de personas
hagámoslo de patrones de poco
merecimiento, de pensamiento
inconvenientes acerca de
nosotros y de las relaciones, las
heridas del pasado...

Aprendamos a amarnos.

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