El Verdadero Amor nunca te hace renunciar a tus sueños. Al contrario. El Verdadero Amor siempre te impulsa, siempre te empuja, siempre te alienta, y aunque quizá algunas cosas no las entienda, el verdadero amor siempre te apoya porque sabe lo que tu corazón desea. Para él, para ella, la mayor recompensa es verte feliz. Por eso el Verdadero Amor siempre querrá que te desarrolles y cumplas tus metas, entusiasmándose con tus éxitos, lamentándose con tus fracasos, procurando que tus alas sean tan grandes para llegar al sol y las demás estrellas. Por eso, el Verdadero Amor siempre es Libre, porque no ata, no condiciona, no aprisiona, no encierra. Por eso el verdadero amor siempre ayuda, porque nunca estorba, y cuando estorba, con todo el dolor se aleja. Por eso el verdadero amor es indestructible, porque ni la distancia lo extingue, porque siempre espera, porque cuando se aleja, siempre regresa. Por supuesto, esto es lo que ocurre con el Verdadero Amor, no con el Amor aprensivo que corta las alas, que asfixia las ganas y que el alma envenena. Resulta claro...
El Verdadero Amor, no es apto para cualquiera.
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