Extraño mucho extrañarte. Cuando te extrañaba, pasaba las noches pensando en las ganas terribles de besarte. Incluso a veces sentía que me volvería loco, que me arrancaría los ojos, que jamás podría superar la tristeza de saber que existes y ya no poder hablarte. Pero hoy caigo en la cuenta de que había en aquellos días algo maravilloso. Aún con la profunda oscuridad de la madrugada, aún con las sombras siniestras que el humo del cigarro provocaba cuando caminando de lado a lado como loco sin rumbo y sin alma tu nombre invocaba, debo confesar, que lo disfrutaba. Muchos de esos días, era yo mismo el que a voluntad se torturaba, repasando en mi cabeza intoxicada una y otra vez aquellos momentos junto a ti que tuvieron tanta magia. Pero ahora ya no estás. Pero ahora, desapareciste de mi mente para siempre. Sin darme cuenta, sin querer siquiera que sucediera, tu recuerdo ha perdido la frescura y la importancia que me hacia soñar con volver a verte. ¿Es normal este sentimiento o acaso soy un loco por decir que extraño la tristeza que me provocabas? Que extraño la soledad que por las noches me asfixiaba. Que extraño los poemas que en el infierno a escribir tú me inspirabas. ¿Es normal o acaso soy un loco por sentir que sufrir por recordarte me hace falta? Por decir que me aburre de sobremanera el ya no tener un pretexto para intoxicarme por las madrugadas...
Es normal o soy un loco por decir, que me duele tanto, el que ya no me duelas nada.
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